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El futuro de la Iglesia Católica se decide en el Cónclave

● El cónclave definirá quién será el nuevo sucesor de Pedro.

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Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano se prepara para la elección del nuevo sucesor de Pedro. El cónclave definirá quién será el nuevo sucesor de Pedro e inclusive es un proceso muy complicado.

¿Qué es el cónclave?

Según el medio de comunicación INFOBAE, así se empieza la elección de un papa que comienza con la llegada de los cardenales a la Capilla Sixtina, a la que ingresan recitando el cántico “veni creator”. Una vez llegados todos, el cardenal camarlengo irá hasta las puertas de la Sixtina y, mientras las cierra, pronunciará estas palabras: “Extra omnes” es una frase en latín que significa “todos fuera” o “que no quede nadie”. Se utiliza en el ritual del cónclave para marcar el inicio de la clausura de los cardenales en la Capilla Sixtina. Luego cada cardenal hará el juramento con las manos sobre los evangelios, diciendo: “Et ego …cardinalis… spondeo, voveo ac iuro silentium” (yo, … cardenal … prometo, me obligo y juro silencio) añade: «Sic me Deus adiuvet et haec Sancta dei Evangelia quae manu mea tango» (Que Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano).

 

“Denuncia

Luego todos dicen el juramento en común, pronunciado en latín “Nosotros los cardenales electores presentes en esta elección del sumo pontífice prometemos, nos obligamos y juramos observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones contenidas en la constitución apostólica del sumo pontífice Juan Pablo II “Universi Dominici Gregis”. Igualmente, prometemos, nos obligamos y juramos que cualquiera de nosotros que, por divina disposición, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desarrollar fielmente el Munus Petrinum de Pastor de la Iglesia Universal y no cesará de afirmar y defender hasta la extenuación los derechos espirituales y temporales, además de la libertad de la Santa Sede. Sobre todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y con todos, ya sea clérigo como laico, el secreto de todo aquello que en cualquier modo concierne a la elección del Romano Pontífice y todo lo que ocurre en el lugar de la elección y se refiera directa o indirectamente al escrutinio. No violar en manera alguna este secreto tanto durante como tras la elección del nuevo pontífice, a no ser que el mismo pontífice confiera explícita autorización; jamás apoyar interferencias, oposición u otra forma de intervención con la autoridad secular u otro grupo de personas que quisiera interferir en la elección del Romano Pontífice”. Y comienza la elección.

Cada cardenal tiene una papeleta donde escribe el nombre que desea, lo dobla en vertical y lo alza para que todos lo vean. Uno por uno, se dirigen hacia el altar y dice en voz alta: “Testor Christuum Dominum, qui me iudicaturus est, me eum eligere, quiam secundum Deum iudico eligi debere” («Pongo por testigo a Cristo Señor, que me juzgará, que doy mi voto al que, según Dios, considero que tiene que ser elegido»). La papeleta se deja en una patena y una a una se van depositando en una urna. Al comenzar el escrutinio, las papeletas se van introduciendo en otro cáliz. El recuento se realiza recitando a viva voz el nombre de los elegidos y cada voto se anota en un registro. Los formularios son revisados por tres cardenales antes de ser quemados en una estufa. Si sale humo negro, no hay papa, si es blanco, hay nuevo pontífice. Se requieren dos tercios de los votos de los cardenales electores. El elegido, una vez dado su consentimiento, es el nuevo Papa de la Iglesia Católica.

 

El Colegio Cardenalicio fija, durante las Congregaciones Generales, la fecha para el inicio del cónclave. Sin embargo, exige que las operaciones de votación comiencen entre el 15° y el 20° día después de la muerte del Papa o del anuncio de la renuncia efectiva a la Sede Apostólica.

El famoso “habemus papa”

Una vez elegido el nuevo Papa, el decano, por rango y antigüedad, del colegio de cardenales electores le preguntará en latín si acepta su elección y luego, en caso de respuesta positiva, qué nombre de reinado pretende adoptar. La tradición cuenta que nadie eligió llamarse Pedro, de modo que sólo quedó uno: el primer obispo de Roma, el apóstol Simón, alias San Pedro, fallecido hacia el año 65 d.C. Ningún Papa ha roto jamás este tabú.

Adriano II, elegido Papa el 14 de diciembre de 867, ya había rechazado el pontificado dos veces: en 855, tras la muerte de León IV, y en 858, tras la de Benedicto III. Fue uno de los pocos papas que estaban casados y eran padres. Originalmente los sacerdotes de rito latino, podían casarse, sólo los monjes eran célibes. Sergio III fue elegido en 904, y su hijo Juan XI se convirtió en Papa en 931.

Durante los doce años de su pontificado, el Papa Francisco convocó nueve consistorios para crear nuevos cardenales. Creó así 142 cardenales, de los cuales 113 electores y 29 no electores, procedentes de 70 naciones. De estas naciones, 22 nunca antes habían tenido un cardenal. Cuál es el más “papable” eso solo lo sabe Dios. El que entra al cónclave Papa, suele salir cardenal.

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Fabricio Alfredo Obando Chan

Periodista graduado de la Universidad Federada San Judas Tadeo con amplia experiencia en la cobertura de temas de cultura, política, salud, nacionales y turismo. Amante de un buen libro, una salida a la playa y encontrar historias cotidianas para volverlas noticias. Laboró en diferentes medios de comunicación en Guanacaste, desde prensa escrita, televisión, radio y prensa digital. Jefe de información, periodista y reportero.

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