- Karol Ulate Naranjo, académica de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional (UNA), forma parte de este grupo de centroamericanas, que con su huella promueven la equidad y la inclusión en todos los espacios.
La Revista Forbes Centroamérica, designa a 100 mujeres poderosas en la región, con el objetivo de visibilizar el talento y consistencia de quienes no se amedrentan ante los retos, hacen suyos los espacios de oportunidad, y se convierten en referentes para las nuevas generaciones.
Karol Ulate Naranjo, académica de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional (UNA), forma parte de este grupo de centroamericanas, que con su huella promueven la equidad y la inclusión en todos los espacios.
Ulate coordina el Laboratorio de Estudios Marinos Costeros de la ECB-UNA, desde donde lideró la implementación, junto con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinac), de un protocolo para la evaluación de los arrecifes rocosos. Estos son considerados piedras vivas por la gran cantidad de organismos invertebrados que se asocian, además de albergar peces y otras especies como tortugas, rayas y tiburones, a la fecha no habían sido evaluados como un sistema de importancia dentro de las áreas protegidas.
«Nosotros creamos una metodología que luego fuimos a aplicar en los arrecifes rocosos con los guardaparques. La idea es contar con una línea base de estudio, donde año con año se pueda realizar este monitoreo y conocer cuál es el estado del ecosistema dentro del -Area Marina Protegida», detalló la investigadora.
Este protocolo agrupa indicadores como: contaminación por residuos sólidos, la riqueza y densidad de macroinvertebrados, biomasa de peces y cobertura de corales y otros organismos como esponjas marinas, así como indicadores para estar atentos ante especies con posible potencial invasor que afecte a los ecosistemas. «Las variaciones en el tiempo y en el espacio en estos indicadores, permitirán a las Áreas de Conservación tomar medidas para la conservación y protección de los recursos en las AMP.
Por ejemplo, si aumenta la cantidad de erizos de mar, es porque no hay depredadores que se los coman, y por ende, es un indicador de una baja biomasa de peces de alto nivel trófico, estos organismos son normalmente objetivos de pesca, como los pargos entonces, se debe aumentar la vigilancia y el monitoreo para evitar posiblemente la pesca ilegal. La pesca ilegal y sobreexplotación afecta toda la cadena trófica de un ecosistema y empobrece su salud», explicó Ulate.
Dada la expansión y la presión humana hacia los ecosistemas costeros, es de carácter urgente, tanto a nivel nacional como mundial, conocer el estado de la biodiversidad con herramientas estándar y cotejables en el tiempo a nivel nacional son primordiales para la toma de decisiones de conservación.
El equipo de Forbes Centroamérica enlistó y convocó a aquellas nacidas en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, con amplia trayectoria en cada una de sus áreas de desempeño, evaluando los logros obtenidos en el último año, los reconocimientos alcanzados y su influencia en el entorno, además de su contribución a la igualdad de género. La selección final contó con un Consejo evaluador, integrado por mujeres de amplia expertise en campos como derechos humanos, letras, cultura corporativa y negocios.
«Agradezco el reconocimiento, quiero seguir trabajando en pro de los océanos que es mi línea de investigación. Las áreas marinas siempre son más difíciles de valorar, pero con alianzas, entrenamiento y guardaparques, hemos avanzado mucho», finalizó Ulate.
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