La Ruta Nacional 01 que conecta San José, Occidente y Puntarenas, permanecerá cerrada de forma indefinida, ya que las autoridades confirmaron hallar nuevos puntos de riesgo para los usuarios de la ruta conocida como Cambronero.
El anuncio lo realizan después de seis días del derrumbe que cobró la vida de nueve personas que iban pasando por el sector en un bus y otros vehículos.
Basta con tomar el riesgo de circular por la zona, para determinar que gran parte del tramo está sin demarcación, iluminación, con huecos y socavado. Lo peor es que las intenciones de intervenir la ruta por parte del gobierno no abarcan el tramo San Ramón-Esparza.
“La RN 1 permanecerá cerrada de manera indefinida en el sector de Cambronero (entre el Alto de Santiago y Esparza), debido a la identificación de nuevos puntos de riesgo en el sector impactado por los aguaceros del fin de semana pasado”, indicaron las autoridades del Ministeirode Obras Públicas y Transportes (Mopt).
El Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (LanammeUCR) le dio catedra a las autoridades y les recomendó valorar los siguientes elementos para abordar las verdaderas necesidades:
1. Condiciones de la superficie de rodamiento: condiciones del Índice de Regularidad Internacional (IRI) y de la Resistencia al deslizamiento (Grip Tester), que tienen que ver con el confort y la seguridad vial respectivamente.
2. Condiciones de drenajes: tanto el drenaje superficial (cunetas, contracunetas, quiebragradientes, alcantarillas) como los subdrenajes.
3. Señalización y demarcación vial: si satisface las necesidades del sitio, incluye sistema de contención vial.
4. Clima: lluvias, corrientes de agua, durante el periodo de invierno (lluvia estacional y de alta intensidad) y para condiciones especiales por fenómenos atmosféricos (huracanes y tormentas).
5. Topografía: pendientes, presencia o no de vegetación y su tendencia a deslizamiento.
6. Tipos de suelos: según sea el tipo, así su facilidad de degradación con presencia de lluvia.
7. Estructuras geológicas: fallas y plegamientos, por ejemplo, donde resulta necesario conocer la posición del material y si existe un favorecimiento a su deslizamiento.
8. Sismicidad: cuyas vibraciones pueden favorecer el deslizamiento de materiales y aún más en presencia de lluvias.
9. Vulcanismos: cuyas vibraciones y material liberado puede afectar ríos y recargar taludes y desestabilizarlos.
10. Zonas de inundaciones: durante el periodo de invierno (lluvia estacional y de alta intensidad) y para condiciones especiales por fenómenos atmosféricos.
11. Actividad humana: generadora de riesgos.
12. Historial de vulnerabilidad: conocer la vulnerabilidad de las rutas para considerar cuánto aumenta su vulnerabilidad con los eventos que se están presentando.
13. Mantenimiento: estrategias y políticas de mantenimiento vial a corto, mediano y largo plazo.
14. Establecer elementos disparadores: en términos de las amenazas se debería ponderar la existencia o probabilidad de aparición de los distintos “elementos disparadores”, como por ejemplo, presencia de fallas locales o zonas de inestabilidad local, presencia de eventos climáticos significativos, tales como huracanes, tormentas, temporales, presencia de sitios con deficiente manejo de aguas superficiales, así como aspectos relacionados con la operatividad de las vías, como el volumen de tránsito en una vía principal, presencia de infraestructura sensible como casas de habitación, edificaciones de servicio como hospitales, bomberos, escuelas, entre otros.
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