Carlos Carranza: “Presidente no planteó ninguna alternativa de diálogo con la Asamblea
Más allá de aplicar la estrategia del jaguar y apostar por el ímpetu y la fuerza, el Mandatario debe aplicar también la sapiencia y la astucia para saber conducirse nen democracia
Las diferencias del Presidente de la República, Rodrigo Chaves con la Asamblea Legislativa quedaron patentes en el discurso de informe de labores del segundo año de su administración.
Prácticamente, el Mandatario le cerró las puertas al diálogo con las y los diputados, de acuerdo con lo manifestado por Carlos Carranza, coordinador del programa Análisis de Coyuntura de la Sociedad Costarricense, durante una transmisión en vivo para analizar el mensaje presidencial.
«No planteó ninguna alternativa de diálogo con la Asamblea Legislativa. Casi que dijo que es el pueblo el que va a emitir las leyes. En un modelo democrático como el nuestro eso puede traer problemas porque se requiere de acuerdos con sectores para alcanzar metas. Pero no. El Presidente cree que la única opción válida es la de él, la más adecuada, la ética y la mesiánica», reforzó Carranza.
El diálogo quedó condicionado con la amenaza velada del Presidente de acudir al mecanismo del referendo, en caso de que no vea voluntad de avance en el Congreso de los proyectos de ley que son de su interés.
En esa línea, Chaves mencionó proyectos como el de venta del Banco de Costa Rica, las jornadas flexibles de trabajo (conocido como 4×3), la eliminación de las tarifas mínimas profesionales y las reformas de la Ley de Contratación Pública, que permitan el avance de iniciativas como Ciudad Gobierno o el desarrollo de una marina en Limón, por medio de una alianza público-privada.
Además, en dos oportunidades diferentes (al inicio y al cierre de su discurso), Chaves reiteró la desaprobación ciudadana hacia la labor de las y los congresistas. Incluso afirmó, sin citar la fuente, que ese descontento alcanzaba a un 85% de la ciudadanía. «la Asamblea sí muestra un deterioro pero no en los términos que él lo plantea, pero lo hace, por un lado, para reducir la capacidad del Congreso y por otro lado, para fortalecer su imagen frente a la población», consideró Carranza.
Zorro y jaguar
Uno de los elementos simbólicos que llamó la atención del discurso presidencial fue la constante alusión al jaguar como elemento que identifique el sentir de las y los costarricenses hacia un estado de progreso y bienestar.
Al respecto, Carranza, citando a Maquiavelo, considera que desde la cabeza del Poder Ejecutivo debe prevalecer una mezcla y un balance entre la fuerza y el ímpetu que desea imprimir y que está representada en el jaguar y la sapiencia y la astucia para saber los pasos que se deben dar en democracia, y que están asociadas al zorro.
«A veces, hay que saber ser zorro, echar para atrás y negociar», manifiesta, al tiempo que reconoce que no ve en la figura del Mandatario a una persona dispuesta a abrir dichos canales de comunicación con otros sectores.
Para el experto, como aciertos en el discurso presidencial destacan las aseveraciones hechas en relación con el manejo de la economía y los proyectos de infraestructura. Por el contrario, coincide con los expresado por el presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, en el sentido de que ha existido una afectación considerable a la inversión social.
«La ausencia de una política social es grave, no existe una visión clara que vaya dirigida al conjunto de la población», indicó Carranza, al tiempo que reconoció la vocación de diálogo que sí manifestó Arias, quien encabezará por tercer año consecutivo la presidencia del Congreso.
Seguridad y educación
En los ámbitos de la seguridad y educación, en el discurso se hizo mención de algunas iniciativas puntuales. Por ejemplo, destacó la contratación de más de 1.000 policías para el 2024, la aprobación de una política de seguridad y el envío de seis proyectos al Congreso, al tiempo que hubo un reconocimiento de que existe una guerra entre pandillas.
En términos educativos, resaltó una mayor inversión en infraestructura educativa, el cierre de brechas digitales, la apertura de colegios científicos y el impulso del programa de bachillerato para la empleabilidad.
Sin embargo, en ninguno de los temas, y en opinión de Carlos Carranza, existe una estrategia clara e integral que abarque las crisis de inseguridad y de educación que vive el país y que está ampliamente difundida y documentada.
«No existe una ruta precisa de hacia dónde vamos. La educación lleva 15 años de no atravesar su mejor momento, a nivel de procesos curriculares, infraestructura, inversión en tecnología, exclusión. No se ha hecho lo suficiente para tener esa coherencia en el mensaje», agregó Carranza.
En temas de seguridad la línea es similar. El hecho de que el país haya alcanzado el récord de crímenes en el 2023 y cuya tendencia se está repitiendo este año no generó una propuesta de abordaje integral para afrontar esta problemática social.
Para el Coordinador de Análisis de la Coyuntura Social de la UNA, en la rendición de cuentas presidencial hizo falta plantearle al país un modelo de desarrollo que involucre a los diferentes territorios, que apoye la capacidad empresarial del país y que ofrezca sostenibilidad a los programas sociales que atienden las necesidades de la población en estado de vulnerabilidad.
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