Con el fin de hacer un llamado a las autoridades civiles, la Iglesia Católica y el Sector Pesquero firmaron el «Manifiesto de la Gente del Mar – Puntarenas 2020«, el cual busca abrir un camino de diálogo con el Gobierno para buscar resultados tangibles y reales.
La medida es una respuesta a la situación que los pescadores y pescadoras artesanales, camaroneros y palangreros, así como molusqueros y molusqueras enfrentan. Desde hace dos años, los afectados denuncian «un olvido total de las autoridades» hacia las necesidades de las costas.
Monseñor Óscar Fernández Guillén comentó:
“La idea con este manifiesto es reivindicar los derechos de este sector de la población. Queremos impulsar un proceso de escucha en las autoridades civiles, para que la voz del sector pesquero y molusquero sea tomada en cuenta, y así se deje de ignorarlos y no atender sus necesidades como ha ocurrido en los últimos tiempos”.
Como primera medida para abrir esta ruta de diálogo, el «Manifiesto de la Gente del Mar – Puntarenas 2020″ solicita una audiencia con el presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, para que atienda al sector y pueda escuchar sus preocupaciones y propuestas.
Aracelly Jiménez, representante del sector molusquero, aseguró:
“Queremos que el señor presidente y sus colaboradores nos escuchen para que se enteren de lo que está pasando en las costas y conozcan nuestras necesidades. No estamos pidiendo nada extraordinario solo que podamos trabajar bien y en conjunto, como no hemos podido hacerlo en los últimos dos años”.
Antonio Astúa, capitán de embarcación que se encuentra desempleado, enfatizó que la pandemia sumada a la paralización de la pesca de arrastre ha sido muy perjudicial para el sector.
“Nuestro grupo de pescadores tiene ya más de dos años de no poder trabajar, totalmente alejados del mar y del trabajo y es muy duro. Muchas noches pasamos incluso sin dormir. La pesca para nosotros nace del corazón, lo heredamos de nuestros padres y somos una familia de personas que están pasando una crisis muy dura, que afecta nuestra dignidad, nuestras oportunidades y esto nos está matando y algunos de nosotros por depresión no han podido superar la situación”.
El Manifiesto fue suscrito por el Obispo de la Diócesis de Puntarenas, Monseñor Óscar Fernández Guillén y el Obispo responsable de la Pastoral Social-Cáritas de Costa Rica y de la Obra del Apostolado del Mar, Monseñor Daniel Blanco Méndez; así como representantes de más de diez organizaciones pesqueras.
Manifiesto de la Gente del Mar – Puntarenas 2020
Adjuntamos a esta nota el manifiesto completo, firmado el 16 de junio del 2020.
Nosotros, los representantes de la Iglesia Católica de la Diócesis de Puntarenas, encabezados por su Obispo Óscar Fernández Guillén y el obispo responsable de la Pastoral Social-Cáritas de Costa Rica, Mons. Daniel Blanco Mendez, en conjunto con los pescadores y molusqueros puntarenenses, preocupados por: la situación de los pescadores y pescadoras artesanales, camaroneros y palangreros, de los molusqueros y molusqueras, así como de las familias y comunidades de todas estas personas, todos ellos y ellas mencionados en adelante como sector pesquero- molusquero; inquietos por el descontento social en este sector de la población por la falta de atención de las autoridades civiles; y en atención a la vigorosa doctrina social de la Iglesia, queremos manifestar a la opinión pública nacional:
1. Unión de voluntades: el sector pesquero y molusquero ha decidido conformar un grupo de análisis de los problemas estructurales que afectan a los pescadores nacionales. La Pastoral Social-Cáritas y la Pastoral de las Gentes del Mar de la Iglesia Católica de Costa Rica, han tomado la decisión de unirse y ser participes voluntariamente a este grupo, con el fin de reivindicar los derechos de este sector de la población y construir soluciones justas para enfrentar sus principales problemáticas. Hay cuatro metas fundamentales de este grupo:
- El diagnóstico de la realidad social del sector pesquero y molusquero costarricense y la identificación de sus principales problemáticas y desafíos, con la intención de generar la construcción de una estrategia conjunta con la participación de todos y todas, para enfrentar los problemas más apremiantes que afectan a la actividad pesquera.
- La reivindicación de los derechos del sector pesquero y molusquero ante el poco avance en las agendas, debido al desinterés de las autoridades en atender las necesidades de las familias, organizaciones y comunidades pesqueras
- La consecución de resultados positivos, tangibles y reales, que beneficien al sector.
- Generar un proceso de escucha en las autoridades civiles, para que la voz del sector pesquero y molusquero sea tomada en cuenta y así se deje de ignorarlos y no atender sus necesidades. En cuanto a los elementos que nos unen y cohesionan como grupo, hemos acordado regirnos por los siguientes principios: unión, lealtad, alianza, honestidad, constancia, respeto, transparencia, compromiso social y seriedad. Estos principios son fundamentales para poder confiar los unos en los otros, para buscar soluciones comprometidas con el bien común y la justicia social y para destacar la importancia de estas labores en relación con la vida de las personas que se ven afectadas por las problemáticas tratadas.
2. Análisis de la situación: el grupo de análisis conformado por el sector pesquero y molusquero y por los representantes de la Iglesia Católica, han identificado aquellos ámbitos que plantean los mayores problemas para las comunidades pesqueras. Entre estos, se encuentran:
- La falta de acciones concretas por parte de las autoridades para la solución de los conflictos del sector. Se considera que las propuestas del gobierno son ocurrencias esporádicas, que no están articuladas, son superficiales, carentes de pensamiento y sin respaldo técnico, social ni económico. Se requiere concebir un modelo de pesquerías equilibrado a nivel país, más justo, más solidario, que incluya el conocimiento tradicional de los integrantes del sector pesquero y molusquero y que se preocupe por la sostenibilidad ambiental, económica y social.
- La tendencia institucional de oponer la sostenibilidad ambiental al bienestar económico y social de la población. Esto se trata de una falsa disyuntiva, por cuanto lo que se debe buscar es un modelo que no deje a nadie atrás y en donde se promueva un verdadero desarrollo sostenible democrático
- La apuesta estatal por promover aquellas pesquerías de alto impacto como la cerquera, que generan grandes réditos por concepto de licencias pero que excluyen a gran parte de la población de la justa y equitativa distribución de la riqueza. Por el contrario, se debe optar por desarrollar las flotas pesqueras nacionales, las cuales pueden generar un trabajo digno a miles de costarricenses en las provincias costeras.
- La sumisión del actual gobierno a la tendencia internacional profesada por ciertos organismos internacionales, que buscan cerrar las pesquerías, sacar a la gente del mar e impedir la extracción de moluscos, irrespetando la cultura, el estilo de vida y las tradiciones asociadas a la pesca y a la recolección de moluscos. Estas organizaciones repiten el estribillo de contraponer la sostenibilidad ambiental a los derechos de los pescadores y molusqueros, cuando lo que se debe trabajar es en función de pesquerías sostenibles y solidarias, en un marco de Derechos Humanos y no de su cierre absoluto.
- Asimismo, se ha notado la tendencia de desnaturalizar al INCOPESCA institución constituida para fomentar y desarrollar la actividad pesquera, bajo los principios de proteger la calidad de vida de las personas que integran al sector pesquero-molusquero y la sostenibilidad de los recursos, orientándolo a ser un ente preocupado únicamente por el bienestar biológico y la fiscalización de los recursos marinos.
- La participación en Mesas de Diálogo infructuosas, en donde no se muestra un compromiso serio y transparente por parte de las instituciones y autoridades civiles en tomar verdaderamente en cuenta la opinión del sector en la solución de sus problemas. En efecto, se han celebrado tres Mesas de Diálogo distintas durante la presente Administración y todas han resultado en un fracaso rotundo, debido a que los pescadores, pescadoras, molusqueros y molusqueras dan sus opiniones y propuestas sobre los temas, y estas nunca son tomadas en cuenta. El resultado es que luego de varios meses de proceso no hay ningún avance significativo en la solución de ninguna de las problemáticas.
- La promoción de actividades económicas “alternativas” a la pesca, han resultado poco realistas en las comunidades pesqueras, ya que benefician solamente a unos pocos inversionistas que no son locales, como se puede observar en el caso de los grandes proyectos de maricultura.
- Una pandemia que ha suspendido, o en el peor de los casos destruido, las cadenas de comercialización tanto nacional como internacional de los productos pesqueros, amenazando a las personas dedicadas a la pesca y a la extracción de moluscos con la pobreza y el hambre.
3. Sobre la gravedad de estos problemas y la necesidad de construir soluciones: tanto los integrantes del sector pesquero y molusquero como los representantes de la Iglesia, damos fe de la gravedad de todos estos problemas, por cuanto una enorme cantidad de pescadores, pescadoras, molusqueros y molusqueras viven en condiciones de pobreza y su condición ha empeorado significativamente.
La Iglesia y el sector pesquero-molusquero seguiremos trabajando juntos para construir soluciones ante estos retos, pero se requiere que las autoridades estatales se involucren con voluntad política, compromiso social, decisión y diligencia en este proceso para que los resultados sean provechosos para las comunidades costeras y todas las familias costarricenses que dependen de la pesca para su subsistencia.
Tal y como ha revelado el estudio de la situación, los problemas pesqueros consisten en aspectos estructurales, que se encuentran anclados al funcionamiento mismo de las pesquerías costarricenses, la normativa que les regula y las condiciones bajo las cuales se desarrolla la actividad. Por estas razones, es necesario un trabajo amplio, a escala nacional, en donde se replantee el funcionamiento profundo de las pesquerías, con la participación de todos los sectores, la sociedad civil y el Estado. Sobre este último punto, es fundamental integrar el conocimiento que poseen los sectores y que muchas veces es pasado por alto por las autoridades.
La única forma de construir una solución exitosa y una sociedad más justa, es con la participación y el respeto de todas las partes. Por todas estas razones, se hace un llamado a las autoridades civiles para que tomen las medidas necesarias para solventar los problemas que, sistemáticamente, afectan a este sector de la población, en atención a los principios de justicia, solidaridad, bien común y dignidad de la persona humana, haciendo partícipes de estas soluciones a las organizaciones pesqueras y molusqueras.
Por todo lo anterior, consideramos necesario y urgente que el gobierno debe asumir sus responsabilidades en este momento, que no se debe jugar con el tiempo y la paciencia que estos sectores han sufrido por el olvido que la actual Administración ha mantenido, poniendo oídos sordos a los clamores de esta población. Como grupo redactor del presente manifiesto solicitamos de la manera más respetuosa la realización de una reunión con la presencia del Presidente de la República, para que se haga un análisis multisectorial, serio y verdaderamente participativo de la pesca y extracción de moluscos en nuestro país. Solo así se acabará la incertidumbre que padecen las personas que viven de la pesca y la extracción de moluscos.
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