Entre vigorones y sueños
La vida de Meylin Estrada Delgado, una madre soltera de Puntarenas, es un ejemplo de determinación y esfuerzo.
Durante 21 años, vendió vigorones en el Paseo de los Turistas, y con ese trabajo logró sacar adelante a su hijo y cumplir su sueño de convertirse en doctora en enfermería.
Desde joven, Meylin entendió que el trabajo duro era la clave para avanzar.
Graduada en 2001 del Colegio Técnico Profesional de Puntarenas en El Roble, comenzó a vender vigorones aprendiendo de una vecina. Sin embargo, su meta siempre estuvo más allá de los kioscos del Paseo.
Un camino lleno de esfuerzo
Hace siete años, Meylin decidió que quería ser enfermera profesional, y en medio de la pandemia, logró graduarse en diciembre de 2020.
Su primer trabajo fue en el Hospital Max Terán de Quepos, y hoy combina su labor como enfermera en el Hospital Monseñor Sanabria con la venta de vigorones en sus días libres.
“Si se quiere salir adelante, no importa de dónde se venga”, asegura Meylin, quien creció en el Barrio El Progreso junto a sus padres.
Inspiración para las mujeres de Puntarenas
La historia de Meylin refleja el espíritu luchador de las mujeres puntarenses, demostrando que con esfuerzo y amor por lo que se hace, cualquier sueño puede hacerse realidad.
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