Regidor Zúñiga justifica amenazas como «desliz lingüístico» en plena crisis de violencia en Puntarenas
Zúñiga minimiza polémicas declaraciones mientras la violencia asola Barranca, La Gran Chacarita y El Roble.
En medio de la creciente ola de violencia que azota al cantón central de Puntarenas, el regidor Gerardo Zúñiga ha vuelto a generar controversia al calificar como un “desliz lingüístico” su amenaza de “mandar a matar” a quienes se opusieran en el Concejo Municipal.
Durante la última sesión del Concejo Municipal de Puntarenas, realizada el pasado 16 de agosto, Gerardo Zúñiga, quien se ha declarado como regidor independiente, trató de justificar sus polémicas declaraciones realizadas durante la campaña electoral, cuando afirmó que “mandaría a matar” a aquellos que se opusieran en el Concejo.
“No me importa si me critican antes por un proceso de campaña, en un desliz lingüístico que tuve”, afirmó Zúñiga, minimizando así el impacto de sus palabras en un contexto donde la violencia ha alcanzado niveles alarmantes en la región.
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Zúñiga, visiblemente molesto por las críticas recibidas, arremetió contra los medios presentes en la sesión, señalando que sus comentarios fueron tergiversados:
“No importa si tengo que pagar con la vida, con la vida pago… no me va a callar ninguna prensa vulgar”. Estas declaraciones han generado aún más preocupación entre la población de Puntarenas, particularmente en zonas como Barranca, La Gran Chacarita y El Roble, que han sido epicentros de una ola de asesinatos y violencia.
Las palabras de Zúñiga, que fueron rápidamente criticadas por distintos sectores de la comunidad, han sido vistas como irresponsables y peligrosas, especialmente viniendo de alguien en una posición de poder y toma de decisiones.
“Es inaceptable que un regidor utilice un lenguaje que promueve la violencia en una región ya devastada por el crimen”, comentó un líder comunitario que prefirió mantener su nombre en el anonimato.
Gerardo Zúñiga no es ajeno a la controversia. Desde su llegada al Concejo Municipal, ha estado envuelto en diversas polémicas, incluyendo su promesa de renunciar a su cargo antes de las elecciones, lo cual no cumplió.
Además, durante la campaña, generó gran revuelo al declarar que “mandaría a matar” a quienes se opusieran en el Concejo, una frase que ahora intenta justificar como un simple “desliz lingüístico”.
La situación se torna aún más grave cuando se considera el contexto de violencia que vive Puntarenas.
Comunidades como Barranca, La Gran Chacarita y El Roble están inmersas en una crisis de violencia sin precedentes, lo que hace que las declaraciones de Zúñiga sean vistas como un acto de profunda irresponsabilidad.
Su insistencia en utilizar un lenguaje dramático y amenazante, lejos de apaciguar las tensiones, parece avivar aún más el clima de inseguridad en la provincia.
En un momento donde la ciudadanía clama por paz y estabilidad, las palabras de Zúñiga solo han servido para aumentar la preocupación y el descontento entre los habitantes de Puntarenas, quienes exigen un liderazgo que esté verdaderamente comprometido con la seguridad y el bienestar de la comunidad.