- Guardacostas de Costa Rica y Estados Unidos se unieron para rescate y atención de paciente en altamar, posterior a coordinación interinstitucional arribó al hospital Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez para abordaje especializado.
- Paciente era tripulante de una embarcación pesquera costarricense que se encontraba a 1750 kilómetros de la costa nacional.
Esta historia es parecida al relato que nos cuentan acerca de la Virgen del Mar, pero no este caso no fue la patrona de Puntarenas que salvó a esta persona de morir en altamar sino más bien se debe al trabajo que realizaron los Guardacostas de Costa Rica y Estados Unidos para mantener con vida al tripulante y posteriormente su arribó al hospital Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez para la respectiva atención.
Estos héroes sin capas abordaron a un tripulante de una embarcación pesquera con matrícula costarricense que se encontraba a 1750 km de las costas nacionales. La coordinación incluyó saltar al mar desde un avión de la naval estadounidense (Avión Hércules), para así abordar un carguero en aguas panameñas que llevaría al primer grupo de oficiales norteamericanos hasta donde se encontraba José Álvarez Blandón, quien sufrió un accidente que comprometía su estado de salud.
El Comandante Edwin Cantillo Espinoza, oficial del Servicio Nacional de Guardacostas y quien fungió como líder de la misión de rescate por parte de Costa Rica, narró parte de los hechos acontecidos, manifestando el trabajo interinstitucional e internacional para lograr traer a buen puerto al paciente, mismo que recibió atención médica en el hospital Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez.
“Dada la distancia tan extensa donde se encontraba el buque se dificultaba el acceso directo al paciente de nuestra parte, por ello se coordina con Guardacostas de Estados Unidos para el abordaje inicial, ellos (Guardacostas EUA) vía radio se comunican con un carguero quien recoge y trasladan rumbo a Panamá al tripulante herido, el paciente se complica y es necesario enviar un avión Hércules desde donde saltan 4 paramédicos al mar (a 1000 pies de altura), accionan los botes inflables y logran llegar al buque, una vez ahí le dan soporte médico hasta estabilizarlo». Puntualizó el Comandante Cantillo Espinoza.
Agregó que este martes 11 de julio Guardacostas de Costa Rica se encuentra con el buque carguero a 20 millas náuticas de Cabo Blanco donde se recibe al paciente y los cuatro paramédicos norteamericanos los cuales son trasladados a la estación de Guardacostas Caldera, en donde Cruz Roja realiza el traslado hacia el Hospital Monseñor Sanabria donde ya lo esperaba el personal médico para su respectivo abordaje.
Don José Álvarez Blandón, tripulante de la embarcación manifestó su agradecimiento y expresó como su vida cambió al ver llegar al primer grupo de rescatista.
“Nos encontrábamos entre México y Ecuador, teníamos alrededor de 18 días de estar en el mar, mi accidente fue a las 2:00 a.m. el personal del barco contactó a Guardacostas de Costa Rica, y después llegaron los oficiales, ellos venían atendiéndome para posterior llegar hasta aquí (HMS). Yo pensé que me iba a morir, no podía respirar y perdí la memoria, pero poco a poco fui recuperando todo. Fue bastante gente la que me ayudó para que yo viniera pronto acá”; además, Álvarez Blandón reconoció la labor del equipo de rescate y aprovechó la oportunidad para agradecerle a todas las personas que estuvieron involucrados en su rescate.
Por su parte Rafael Antonio Murillo Montoya, oficinal director de Guardacostas Caldera, mencionó sobre la importancia de esta intervención que se realizó en conjunto con los oficiales estadounidenses, Cruz Roja, Migración y el hospital Monseñor Sanabria fue de vital importancia para que el tripulante contará su historia.
Para el Dr. Esron García Acosta, director general a.i del hospital Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez, el engranaje de las instituciones nacionales, así como el apoyo internacional permitió que el paciente recibiera atención médica pronta, permitió una respuesta favorable en el abordaje y proceso de recuperación del paciente.
“Para nosotros como centro médico, el haber participado como eslabón final en una operación de tan alta complejidad, representó una gran responsabilidad. Poder ser testigos del despliegue de los diferentes equipos de atención, tanto nacionales como internacionales, nos enorgullece y nos insta como profesionales en salud a mejorar día con día; especialmente en cuanto al tema de las alianzas estratégicas que hay que cultivar en beneficio de la salud de la población». García Acosta explicó sobre la participación del centro hospitalario en esta labor humanitaria
Agregó que ha sido de gran satisfacción el poder observar la recuperación del paciente, gracias al esfuerzo de estas unidades especiales que arriesgan su vida todos los días; en forma complementaria gracias a la atención interdisciplinaria instaurada en el hospital Monseñor Sanabria. Estaremos pendientes de cualquier otra necesidad de abordaje que se requiera ante una nueva emergencia, como parte del equipo de fuerzas amigas que fungen como “primer respondedor. Este es y será nuestro compromiso siempre.
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