- Casos de tuberculosis aumentan un 5% durante el 2022.
- De total de casos reportados en el 2022 un 68% (256 casos) corresponden a hombres, mientras que el 32% (119 casos) pertenece a mujeres.
Cada 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de la tuberculosis y Costa Rica se encuentra en la iniciativa de la eliminación de esta enfermedad para el 2030.Según datos preliminares de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, durante el 2022 se registraron total de 375 casos por tuberculosis, lo que representa un aumento del 5% en comparación al 2021 en donde se contabilizaron 357 casos.
La Tuberculosis es una infección causada por la bacteria Mycobacterium Tuberculosis (bacilo de Koch) que afecta principalmente los pulmones. Sin embargo, también puede presentarse en otros órganos como: la piel, el hígado, los riñones, los genitales y las meninges, entre otros.
En Puntarenas Se Oye conversamos por vía telefónica con la coordinadora de la vigilancia de la tuberculosis, Franchina Murillo acerca de la situación actual de esta enfermedad en nuestro país.
Murillo comenta que la población más afectada por el bacilo de Koch son los hombres con un 68% (256 casos) y todo lo contrario es con las mujeres mientras que el 32% (119 casos) pertenece a mujeres, dato que se mantiene en comparación al 2021 en donde del total de casos registrados 239 fueron en hombres y 118 en mujeres.
En el caso de la provincia de Puntarenas hay 38 casos de personas enfermas con tuberculosis y mientras en la provincias del GAM se presenta más casos entre las cuales podemos destacar a San José 117 casos, Alajuela 62 casos, Cartago 26 casos y Heredia con 21 casos.
«Los casos en Costa Rica son tratados bajo la estrategia «alto a la tuberculosis», ya que Costa Rica se encuentra dentro de los 15 países con baja incidencia de la enfermedad y por lo tanto son los países que tienen más oportunidad de avanzar en la eliminación de la tuberculosis», mencionó a Murillo a Puntarenas Se Oye.
Además, agregó que el tratamiento se encuentra supervisado por el personal de salud y dura 6 meses, las personas deben de seguir al pie de la letra las indicaciones del médico.
Sanatorio Durán, un lugar que sirvió para la cura de la tuberculosis en nuestro país
El Sanatorio, ubicado en medio de las montañas de Potrero Cerrado y Tierra Blanca de Cartago, es conocido por muchos como un lugar de “sustos”, pero más allá de eso, fue un centro de salud adelantado para su época donde se desarrolló un modelo único de comunidad autosustentable.
Fue creado en 1915 por iniciativa del Dr. Carlos Durán Cartín con el objetivo de tratar a los enfermos de tuberculosis. En 1918 abrió sus puertas y se convirtió en un modelo para toda Centroamérica en el tratamiento de esta enfermedad, posteriormente fue cerrado en 1973.
El tratamiento adecuado de la tuberculosis era prácticamente nulo a inicios del siglo XX, tanto en Costa Rica como en Centroamérica, pues no se contaba con instalaciones, equipo ni personal idóneo para asistir a los pacientes como lo requería su enfermedad.
El doctor Durán, un médico tenaz y visionario, mostró interés en la creación de un sanatorio en gran parte motivado por el hecho de que una hija suya padeció la enfermedad, dijo la historiadora Carmela Velázquez, investigadora de la Escuela de Historia de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Por medio de publicaciones internacionales y viajes al exterior, el doctor Durán se dedicó con empeño a investigar sobre los últimos avances de la medicina y a buscar el mejor centro de curación para internar a su hija. En 1903 se decidió por el prestigioso sanatorio Loomis en Liberty, Nueva York, creado y dirigido por el doctor Charles Loomis, la máxima autoridad en tuberculosis en Estados Unidos en aquel tiempo.
El médico costarricense conoció de cerca el modelo del hospital neoyorquino y regresó a Costa Rica en 1912, decidido a implementarlo en el país. Durán fue, por un breve período, Presidente de la República (1889-1890), y además fundó en 1898 el Asilo Chapuí (hoy Hospital Psiquiátrico Manuel Antonio Chapuí) para personas con problemas mentales, por lo que poseía suficientes influencias políticas para llevar a cabo su proyecto.
Por una moción presentada por el doctor Durán, el 16 de agosto de 1915 el Congreso de la República, Don Alfredo González Flores aprobó la creación del Sanatorio Durán (abriendo sus puertas bajo el nombre de Sanatorio Carit, en homenaje al Doctor Adolfo Carit Eva), el cual se levantó en una finca comprada por el Gobierno en Potrero Cerrado de Oreamuno, Cartago de entre una lista de lugares disponibles para poner el Sanatorio como por ejemplo fincas en Alajuela, Puntarenas, San José, entre otros.
La adquisición del terreno fue atendiendo las recomendaciones de este médico sobre la altitud de la zona, los vientos imperantes, la humedad del aire, la temperatura, las horas de sol y la disponibilidad de agua potable, para tratar a los enfermos con tuberculosis.
En este hospital se inició la construcción en 1915 y se finalizó parcialmente en 1918 (su primera etapa), levantado íntegramente con maderas de la zona y bahareque. Sin embargo, hasta casi finales de su cierre como Sanatorio (1972-1973) se siguieron agregando etapas al edificio con estilos arquitectónicos distintos, creando un verdadero complejo médico.
Los materiales para construir el edificio administrativo y los primeros pabellones de 1918 fueron cuidadosamente seleccionados. Se usaron maderas de Costa Rica resistentes a la humedad como roble negro, cedro y pochote, así como la caña de Castilla.
Por su lejanía y aislamiento, el Sanatorio fue un lugar perfecto para albergar a personas que sufrían de tuberculosis, enfermedad altamente contagiosa. De igual forma, se consideraba que el clima templado frío de la zona colaboraba con la mejoría en los pacientes ingresados, algo que nunca se demostró científicamente de una forma contundente. El doctor Durán sabía que muchos especialistas de Estados Unidos y Europa creían en la acción curativa del aire puro, el sol, el reposo absoluto y una alimentación abundante y variada para tratar la tuberculosis.
En su momento de mayor apogeo, contaba con todos los servicios de un hospital y 300 camas disponibles, con áreas específicas para hombres, mujeres y niños (incluso hasta áreas específicas para personas con alto nivel económico, llamadas Pensionados). Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana cumplían un papel específico en la dinámica del Sanatorio, desde su llegada al lugar en 1925, se convirtieron en la mano derecha de muchos médicos, al proveerles los cuidados respectivos a los pacientes en diferentes niveles.
Tanto los pacientes como el personal médico seguían un estricto régimen disciplinario similar al de prestigiosos hospitales estadounidenses y europeos. El Sanatorio era regido por una junta integrada por tres médicos, un abogado y un ingeniero. Esa misma junta nombraba a un superintendente, al que le correspondían tareas administrativas muy específicas.
Un informe de 1924 del doctor Jorge Sáenz, quien fue superintendente, señala que entre sus funciones estaba llevar una historia clínica de cada enfermo con anotaciones semanales acerca del peso, del estado de los pulmones, de la laringe y demás órganos que están afectados, todo lo más completo posible.
De acuerdo con una investigación, el doctor Sáenz aseguró que el tratamiento contra la tuberculosis aplicado a los pacientes del Sanatorio era el mismo adoptado por los principales hospitales alrededor del mundo. Según este médico, el tratamiento estaba basado en un régimen dietético higiénico que consistía esencialmente en reposo, exposición constante al aire fresco y al sol así como un alimentación balanceada. Era un tratamiento indirecto para fortalecer el organismo y así controlar la infección.
Puedes seguir a Puntarenas Se Oye en Facebook, WhatsApp, Twitter (X) o consultar nuestro canal de Telegram para estar al día con las últimas noticias de Puntarenas.