Sin salud la economía del país no prospera
• La salud es el corazón que hace palpitar la economía de cualquier nación.
José González, es vecino de la provincia de Cartago todos los días se levanta a las 6 a.m. para trasladarse hacia su lugar de trabajo ubicado en la provincia de San José. Sale a correr, se baña, toma su desayuno y prepara sus cosas para las 8 a.m. en donde lo esperan varias reuniones con clientes y algunos problemas por resolver.
Maribelle Sánchez Gómez desde hace 7 años vive con enfermedad renal crónica (ERC) en etapa terminal y en vez de ir a trabajar tiene que pasar conectada a una máquina para diálisis y recibe una pensión ¢140 000 colones que suele no alcanzar para terminar el mes.
La inversión en salud del país se puede mejorar
Pese a tener un importante presupuesto, la OPS afirma que Costa Rica sigue estando por debajo de la meta de 6 % del PIB que se establece en la Estrategia de Salud Universal
El monto de dinero que destina Costa Rica a la salud “no puede ser considerado ni alto ni excesivo”. Así de claro lo afirmó el Dr. Gustavo Mery en el último informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicado en el 2022.
Ese informe de la OPS indica que el gasto público en salud en Costa Rica osciló entre el 5,3 % y el 5,6 % del producto interno bruto (PIB) entre el 2017 y el 2019. Traducido en números, lo anterior es una cifra aproximada a los 2 019 933 millones de colones.
“Si bien estas cifras representan el compromiso del país con la salud, el gasto público sigue estando por debajo de la meta de 6 % del PIB que se establece en la Estrategia de Salud Universal. La información nos demuestra que el gasto público en salud necesita ser protegido y fortalecido, no sólo para evitar retrocesos, sino para acelerar y fortalecer el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, mencionó Mery en el comunicado de prensa de la OPS.
¿Y es suficiente esa inversión? Yanira Xirinachs-Salazar teme que no. “Si bien es cierto Costa Rica tiene indicadores muy buenos en salud, temo que la inversión no es suficiente porque estamos condenados al éxito. ¿Esto qué quiere decir? Que Costa Rica, con el nivel de ingresos que tiene, posee un alto nivel de salud y la población espera que ese nivel se sostenga o aumente”, manifestó.
Karol Rojas secunda. “Yo creo que se hace un esfuerzo importante como país, pero todavía hay que hacer una mejora y una mayor inversión para poder alcanzar un porcentaje por encima del 6 % del PIB”.
¿Y es eficiente?
Responder esa pregunta es complejo. Por ejemplo, si hay algo en lo que el país destaca, según el mismo informe de la OPS, es en el gasto en la atención primaria en salud (primer nivel de atención). Este tuvo un crecimiento real con una tasa del 12,2 % y representó el 39,2 % del gasto para el 2019.
El Dr. Mery manifestó que dichos datos en la atención primaria reflejaban “que Costa Rica tiene una sólida base en el primer nivel de atención en salud, lo cual es importante, debido a que el enfoque preventivo que conlleva este modelo lo convierte en la forma más eficiente y equitativa de invertir en salud”.
Pero, ¿realmente invertir tanto en atención primaria genera la eficiencia requerida para mantener un país económicamente sano y activo? Yanira considera que sí, aunque, claramente, hay oportunidades de mejora. Hagamos una revisión histórica.
De acuerdo con Xirinachs-Salazar, los indicadores básicos de salud en Costa Rica están cercanos al nivel de los países desarrollados porque tenemos más de 80 años de ver la salud pública como una prioridad presupuestaria.
Esa acción ha permitido acumular una población bastante sana a lo largo del tiempo. Este éxito, en parte, estuvo centrado en la atención primaria que permitió lograr algo insólito para un país en vías de desarrollo: prevenir las enfermedades. Si estas no llegan, las personas serán más sanas, felices, productivas y el sistema de salud gastará menos en gente enferma.
“Una de las grandes preguntas a nivel internacional es: ‘¿cómo es que Costa Rica logra tener tan buenos indicadores con la inversión que hace? Eso no tiene sentido’. Pero, la verdad es que sí tiene mucho sentido porque es una salud que hemos sostenido por décadas”, comentó Xirinachs-Salazar.
“Al venir invirtiendo, hemos acumulado una población relativamente sana. En la década de los 90 hicimos una reforma en la cual se le dio énfasis a la atención primaria, porque muchas de las cosas que nos suceden ocurren porque se agravan los problemas de salud. Por lo tanto, hay que hacer prevención y atención primaria. No necesitamos que un resfrío se convierta en una neumonía, por ejemplo”, agregó la economista. Agustín Gómez y Karol Rojas concuerdan, pero también fueron críticos.
Gómez argumentó que en Costa Rica hay ciertos esquemas que han sido muy exitosos y uno de ellos son los Asistentes Técnicos de Atención Primaria (ATAP) que están en el primer nivel de atención.
Los ATAP visitan los hogares con el objetivo de revisar a la población y prevenir enfermedades. Lo que pasa, según dijo Gómez, es que la capacidad resolutiva de estos asistentes es limitada por la naturaleza de sus funciones y demuestra que la manera como se conduce el sistema de salud público a lo interno todavía está muy desarticulado.
A lo que menciona Gómez se le debe añadir otro componente: la pandemia. Durante el Covid-19, muchas acciones de atención primaria fueron suspendidas con el objetivo de redirigir los recursos para contrarrestar el virus y eso hizo que se dejaran algunos padecimientos de lado. ¿Esta movida del ajedrez sanitario nos podría pasar factura? Karol Rojas plantea que sí y es probable que sea una cuenta por pagar un tanto alta.
“A las cifras hay que entrarle con pinzas. El informe de la OPS, que cierra en el 2019, no contempla el COVID-19. Hoy sabemos que el primer nivel de atención fue de los más golpeados por la pandemia. Entonces, el escenario en el que nos encontramos es muy distinto. Los informes que hizo la CCSS en materia de evaluación de la prestación de servicios de salud para el año 2020-2021 evidenció una caída estrepitosa en la prestación de los servicios de salud, que es como el corazón del primer nivel de atención. Nos costó muchísimo llegar a los niveles que para 2019 teníamos y luego muchas cosas se dejaron de hacer. Esto nos pasará factura en el futuro”, consideró Rojas.
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